Igual que siempre, salimos a pasear, hablar y contarnos cosas. Cada vez que me miraban, les salía una sonrisa espontánea y natural. A casi todas las parejas les impone la cámara los primeros 5 minutos. Después de pasar ese tiempo, se dan cuenta de lo fácil que es y se relajan. Así ocurrió otra vez con Eline y Andy, acabando de empezar se relajaron y todo era perfecto para que se mostraran a ellos mismos como son. No hace falta hacer nada, solo ser uno mismo. Así es como salen bien las cosas, cuando no se intenta actuar ni esconder nada. Gracias por dejarme ver vuestro alma, disfrutar vosotros y hacerme disfrutar a mi como siempre hago. ¡Un abrazo!
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